Ningún color, sólo grises que nuestro cerebro conecta con el arcoíris.

Actualmente resulta sencillo captar una imagen con una cámara digital y con algún software especializado, varios ajustes y algunos filtros, transformarla en escala de grises.

Tras utilizar y conocer estas técnicas, sin dudarlo me decanto por la auténtica fotografía en blanco y negro, la de antes, la que se obtiene exponiendo a la luz mediante una cámara oscura un material sensible para luego someterlo a un proceso químico de revelado.

Todas las limitaciones y defectos del proceso se convierten en algo único y auténtico que concede al artista la posibilidad de demostrar su verdadera capacidad expresiva.

La fotografía aquí mostrada fue creada con una cámara Hasselblad utilizando película Kodak Tri-x revelada en Kodak HC-110.